Torres,
con alas de oro
que sueñan distancias.
Calles,
con sombras de siglos
y nardos de plata.
Cantes,
que arañan estrellas
que arañan el alma.
Noches,
reflejos de un río
que quiso ser mar,
que quiso ser mar.
Sevilla,
verde claridad sonora,
verde tierra,
azul el aire
donde el agua adormecida
de una torre,
se enamora.
Sevilla,
verde claridad sonora,
de andaluzas soledades.
Fuego, nieve,
llanto y cante.
Sevilla, Sevilla,
Sevilla. |